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Tabula Rasa

Todo comienza ahora

Yoga Sūtra de Patañjali

T. K. V. Desikachar
23 de mayo de 2025

Shiva

Introducción

El Yoga Sūtra Patañjali es el corazón del yoga. El corazón, hṛdaya, es lo que no cambia y Patañjali dio al yoga una definición y una forma permanente en su Sūtra. Sin embargo, el corazón sin prāṇa muere y ya no tiene importancia para nosotros. Desikachar explica que la relación de la enseñanza es el prāṇa o vida del Yoga Sūtra; es el maestro quien le da vida al corazón. El Yoga Sūtra es una herramienta poderosa para que un maestro pueda hacer que sea importante para el estudiante y así comunicarle el transformativo poder del corazón.

Desikachar hace hincapié en que lo que sigue es sólo una introducción porque el Yoga Sūtra es muy vasto en su campo de acción. Krishnamacharya dice que hay un océano entre atha e iti, la primera y la última sílaba del Sūtra. Cuando estudiamos el Sūtra con nuestro maestro, pareciera que de sus palabras saliera una comprensión significativa y poderosa, algunas veces de formas muy inesperadas. Es recomendable estudiar con alguien que, a su vez, haya estudiado y practicado con un maestro competente y cuyos tapas (práctica), svādhyāya (comprensión personal) e īśvarapraṇidhānā (devoción) hayan originado la claridad.

Patañjali presentó su trabajo en el estilo conocido como sutras, donde se utilizan pocas palabras. Así, está libre de la ambigüedad, lleno de esencia, su contexto es universal y afirmativo. El Sūtra (de donde luego resulta suturar) une al maestro, a la enseñanza y al estudiante. Conforme el estudio del yoga y la práctica se desarrollan, el mensaje del Sūtra toma una resonancia más profunda y se vuelve más importante, más revelador. No puede haber prisa ni un esfuerzo exagerado para adquirir su entendimiento, debe ser un proceso natural.

No se sabe con seguridad quién fue Patañjali. Algunas personas piensan que es una encarnación divina de la serpiente Ananta, la que sostiene a todo el Universo. Él es el Adhiśeṣa, “el primer sirviente de Dios,” quien “al estar tan cerca de él, conoce mejor sus enseñanzas.” Podemos asumir que Patañjali no creó la enseñanza del yoga, sino que la heredó de las inmensidades de los Vedas. Bajo la instrucción de un gran maestro, identificó en los Vedas todas las enseñanzas sobre la mente y las presentó en esta forma precisa y organizada. De varias formas, los antiguos Upanisads contienen todos los conceptos del yoga tales como Īśvara, kleśa, karma, guṇas, pūruṣa, samādhi, siddi y kaivalaya. Sin embargo, en los Vedas se presentan sin seguir ningún orden en especial, lo que dificulta su estudio de un modo coherente. Por lo tanto, es un gran regalo que Patañjali haya sistematizado las enseñanzas del yoga de los Vedas, en un accesible sistema de desarrollo.

A través de los siglos, la transmisión oral de maestro a estudiante, de la comprensión del yoga, fue posible debido a las palabras cortas y concisas del Sūtra y a sus significados. En la actualidad, Krishnamacharya tuvo el privilegio de aprender de su maestro Ramamohan Brahmachari la complejidad de estas palabras en un nivel muy práctico. Asimismo, el estudio de Desikachar y su práctica con Krishnamacharya, tuvo como resultado la claridad y la relevante actualización de cada aforismo. A ellos no les interesa la especulación espiritual o filosófica. Y mejor aún, trajeron al yoga un rigor intelectual, la definición técnica y la práctica, que sirven para determinar los medios por los cuales cada persona puede reducir duḥkha (sufrimiento).

En contraste con otros sistemas de filosofía hindúes, donde se establece que nada es real excepto Dios, la posición de Patañjali dice que todo dentro de la experiencia de una persona es sat, “verdad” o “realidad” y no se puede negar. Aún duḥkha es sat y no nos debemos avergonzar ni reaccionar en contra de él. Todo tiene duḥkha. Forma parte de nuestra realidad y si lo reconocemos, nos servirá para despertarnos hacia más claridad y entendimiento. Como diría Krishnamacharya, “Gracias a Dios por el duḥkha,” al que describe como “el inevitable motivo para practicar.” Aún más, Patañjali aclara que todo en nuestra experiencia es cambiante; nada, incluyendo duḥkha, está en una condición estática. Por esta razón, si lo deseamos, podemos hacer cambios positivos en nosotros. Patañjali da innumerables medios, comprensibles para nosotros, que empiezan con la realidad actual de nuestra experiencia. Debemos empezar por el principio y Desikachar lo dice de manera sencilla: “Si a alguien que no puede encontrar su casa, usted le dice que ahí hay una olla con oro, esta persona se sentirá muy feliz. Pero, ¿de qué le sirve el oro si no puede encontrar la casa? Algo así sólo nos causa dolor. Primero debe encontrar la casa y entrar. Entonces tendrá muchas posibilidades de encontrar el oro.

Patañjali resume el proceso y las herramientas que ayudan al conocimiento personal. Si se seleccionan los medios apropiados y se practican con la ayuda de un maestro, se puede traer paz a nuestra mente agitada, y así una extraordinaria sabiduría y el bienestar son nuestro potencial. Este es el mensaje esencial de Patañjali comunicado por Krishnamacharya y Desikachar.

—Mark Whitwell

Estudio Preliminar

El origen del Yoga: los Vedas y los Darshana

El origen del Yoga se remonta a las fuentes del pensamiento y la espiritualidad de la India. Su base son los Vedas, parte fundamental de lo que se denomina "Canon Hindú". El estudio de los Vedas inspiró a sabios antiguos y recientes las seis escuelas de pensamiento conocidas como Darshanas.

Darshana significa "espejo". Un espejo que puede reflejar, de golpe y en su totalidad, la vida de quien se encuentre ante él.

Cada uno. de los seis Darshanas adoptó su propio punto de vista acerca de la vida, de su origen, de sus padecimientos, del camino que lleva a la felicidad y la sabiduría, etc.

El Yoga es uno de los Darshana. Su inspirador básico es Patañjali, sobre quien se sabe poco.

Han llegado a nosotros múltiples tradiciones, desde una visión mística que le identifica con Ananta, la divina serpiente que sostiene el Universo, o hasta con el gramático Patañjali.

Poco puede afirmarse a ciencia cierta acerca de él y, él mismo, no se cita ni una sola vez a lo largo de su obra sobre Yoga.

El Yoga se desarrolló, pues, en medio de un intenso movimiento espiritual y pedagógico, que configuró lo que ahora conocemos como pensamiento oriental.

Se consolidaron multitud de escuelas (monistas, pluralistas, Samkhya, etc.). Entre ellas, con unas características propias bien acentuadas, el Yoga.

Cada una de estas escuelas tomó su propio rumbo, algunas en paralelo, otras en franca divergencia. Algunas tendieron a sustentarse sobre una base predominantemente intelectual (Samkhya, por ejemplo), otras (como el Yoga) se movieron en un campo más experimental y vivencial.

El primer texto de Yoga, conservado íntegramente, son los Yoga Sūtra de Patañjali. Su fecha de redacción también es objeto de discusión. Por ciertas referencias cruzadas los estudiosos han podido fijar unos términos que limitan una época, que podría situarse sobre los años 300 a 400 d.C. Hay, sin embargo, opiniones divergentes a este respecto.

Aparece con mayor claridad, afortunadamente, el proceso de transmisión de esta obra a través de los siglos hasta nuestros días.

Los sutras: un estilo literario y pedagógico

Patañjali fijó su enseñanza en unos breves aforismos llamados sutras. Los sutras se caracterizan por su escaso número de palabras, por un laconismo que se encuentra más allá de los límites de la gramática.

El texto está, asi pues, libre de ambigüedades pero lleno de esencia; es tajante pero universal por su contexto.

Las palabras de un sutra no llegan a formar una frase pero ofrecen suficiente base para que el profesor pueda dar su lección.

El sutra vincula enseñante y enseñanza pero es incapaz de clarificar, por si mismo, todos y cada uno de los puntos de la obra.

Este estilo condensa hasta tal extremo el mensaje que se convierte en incorruptible. Fácil de memorizar, la conservación íntegra del texto queda garantizada.

De hecho, el primer paso de la enseñanza consiste en la retención memorística de los sutras, repetidos tal y como los recita el profesor, cantados con todo detalle (sílabas largas y breves, tonos, etc.). Sólo una vez conseguido esto, el profesor empieza a explicar el significado de lo aprendido.

Así podemos establecer un modelo muy claro de origen-elaboración-transmisión-enriquecimiento de los Yoga Sūtra de Patañjali.

Una tradición oral inicial lleva a la conservación escrita de lo fundamental de la enseñanza, que se convierte en obra de estudio y es origen, a su vez, de comentarios y subcomentarios.

Hay que destacar, sin embargo, qué significa "comentar" para los orientales. Bajo el encabezamiento del sutra, el autor del comentario añade, intercala a veces, breves ampliaciones, puntos de vista propios, destacando, ante todo, la presencia y la integridad de la enseñanza original.

Los Yoga Sūtra son el tronco de uno de estos "árboles de transmisión". Esta obra generó algunos comentarios que podríamos denominar históricos, cercanos a la fecha de composición de la obra:

  • En primer lugar, el comentario de Vyasa (entre 540 y 650 d. de C.), que es el más clásico y conocido.
  • En segundo término, los comentarios de Vacaspati (850 aprox.) y de Sankara (700 d. de C. aprox.).

Desde nuestro punto de vista occidental, resulta curioso el respeto que el comentarista siente por la obra objeto de su trabajo, por encima incluso de sus propias convicciones. Vemos, por ejemplo, que Vacaspati, perteneciente al Vedanta, que se caracteriza por una visión no dualista del mundo, que proclama un Dios omnisciente y protector, única realidad existente, al comentar los Yoga Sūtra respeta la visión que éstos tienen del mundo y su defensa de la realidad de las cosas.

El Yoga discurre en paralelo con otras disciplinas y conocimientos. El mismo genera múltiples obras que profundizan en el tema. Por si puede servir de ayuda al lector deseoso de más información, cabe citar que Desikachar, autor de este libro, afirma que, en su opinión, las obras básicas para el estudio del Yoga son tres:

  • Los Yoga Sūtra de Patañjali, imprescindibles en su opinión.
  • El Yoga Rahasya de Nathamuni, que trata de las características, capacidades e intereses a tener en cuenta para adaptar la enseñanza del Yoga a cada alumno y circunstancia.
  • La Bhagavad Gita sobre el papel del guru.

Cita también otros textos de interés:

  • El Yoga Yajhavalkya
  • La Gheranda Samhita.
  • La Hatha Yoga Pradipika, etc.
El Yoga de Patañjali. Su fundamento y sus nociones básicas

El Yoga no fue, en su origen, inventado por Patañjali. Ya en los Vedas, en los Upanishads y en otros textos aparece la noción, la palabra "yoga". En realidad presenta multitud de significados. Patañjali nos muestra su genio al definirlo en relación con la actividad mental.

Patañjali define así el Yoga: "Yoga es la capacidad de dirigir la mente hacia un objeto exclusivamente y de mantener esa dirección sin ninguna distracción" (S. 1-2).

En tanto no se alcance este estado, el hombre no puede unirse plenamente a Dios. No puede controlar sus sentidos. Los logros son inestables, las recaídas frecuentes.

Sobre la base de esta definición, Patañjali analiza el funcionamiento de la mente y cita gran número de medios a nuestro alcance para poner en orden una mente agitada. El autor explica, finalmente, cómo tal mente convierte en extraordinario a un hombre por su potencial y sabiduría.

El objetivo final del Yoga es conseguir una mente estable en un cuerpo sano. El Yoga no es una religión. Es un conocimiento, una disciplina, una experiencia que se adapta a las circunstancias, idiosincrasia y demanda de cada persona. No debe ser confundido con el hinduismo ni con ninguna otra religión.

Patañjali no insiste en la necesidad de creer en Dios para avanzar en el camino del conocimiento, ni incluye en su obra el punto de vista que, acerca de Dios, presenta el Vedanta. Su Dios no es el Amo del mundo, es el Maestro.

Esta convicción ha sido criticada por maestros tales como Vyasa, Sarikara y Ramanuja que, por otra parte, son brillantes comentaristas de los métodos propuestos por los Yoga Sūtra acerca de la estabilización de la mente.

Pasemos ahora a un análisis más detallado de la estructura y conceptos básicos de esta obra.

Estructura de la obra

Los Yoga Sūtra de Patañjali se dividen en cuatro capítulos. El primero se titula Samadhipadah y está compuesto de 51 sutras. Su contenido, en esquema, consiste en:

  • Definición de Yoga.
  • Definición de mente y sus funciones.
  • Cómo alcanza la mente el estado de Yoga.
  • Características y cualidades iniciales del practicante de Yoga.
  • Dios, Maestro Universal.
  • Posibles interrupciones en el camino del Yoga: síntomas y tratamiento.
  • Gratificantes consecuencias de la progresiva concentración de la mente.

El segundo se titula Sadhanapadah y está compuesto de 55 sutras. Su contenido, en esquema, es:

  • Obstáculos a la clara percepción de la realidad. Sus características y efectos.
  • Los actos realizados bajo el efecto de los obstáculos sus efectos dolorosos. La confusión de lo que percibe y lo que es percibido .
  • Existencia y características de lo que es percibido: los guna.
  • La claridad en la percepción de la realidad, base del bienestar.
  • El proceso de Yoga consiste en el gradual crecimiento de sus ocho miembros: descripción de los dos primeros (Yama y Niyama) y sus efectos.
  • Descripción de los dos siguientes miembros (Asana y Pranayama) y sus efectos.
  • Descripción del quinto miembro (Pratyahara) y sus efectos.

El tercero se titula Vibhutipadah y está compuesto de 55 sutras. Su contenido, en esquema, es:

  • Descripción de los tres últimos miembros del Yoga (Dharana, Dhyana y Samadhi).
  • La concentración continuada sobre un objeto (Samyama). Necesidad y consecuencias de mantener un continuo estado de atención frente al cambio de la calidad.
  • Posibles objetos de Samyama y los efectos de cada uno ellos.
  • Advertencias sobre los peligros del Samyama.
  • La libertad, fin último del Yoga.

El cuarto capítulo se titula Kaivalyapadah y está compuesto de 34 sutras. Su contenido, en esquema, es:

  • El cambio inteligente, base del Yoga.
  • El papel del profesor en los cambios de su alumno.
  • Obstáculos al cambio hacia la claridad.
  • Los Guna, base del cambio.
  • Realidad de las cosas que percibimos.
  • Lo que percibe en nosotros se diferencia progresivamente de lo que es percibido.
  • Progresivo acercamiento al estado de claridad.
Conceptos básicos del Yoga

Primer punto:

  • Prakritti-Citta-Purusha. La concepción que los Yoga Sūtra presentan del mundo se basa en la diferenciación entre lo que es inmutable y lo que se modifica continuamente. Se afirma en la obra que, en nuestro interior, existe una realidad inmutable, absolutamente clara y sin error que denomina Purusha o Drashtar. Frente a esto existe en nosotros y a nuestro alrededor la realidad modificable e interpretable (la mente, Citta, la realidad palpable, Prakritti). La confusión de estas dos entidades tan diferenciadas lleva al error, a la confusión y al sufrimiento. Su diferenciación, por la concentración, a todo lo contrario.
  • Pramana-Viparyaya-Vikalpah-Nidra-Smrti. Son las cinco actividades de la mente (comprensión, comprensión defectuosa, imaginación, sueño profundo y memoria, respectivamente). Su combinación configura nuestra manera de ser. La confusión de lo que percibimos y deducimos con ella y la realidad tal como es lleva al error y al sufrimiento. Según el Yoga, la mente no es nuestro "yo".
  • Abhyasa-Vairagya. Es el fundamento de todo esfuerzo a mejorar y la base de la práctica de Yoga: el esfuerzo adecuado y el desapego a los frutos de la acción. Esta noción es muy importante ya que describe una actitud concreta ante la realidad y en la misma práctica de Asana y Pranayama.

Así pues, en un primer momento, vemos que Yoga se presenta como un esfuerzo de concentración de la mente, dirigido a distinguir lo mutable de lo inmutable por medio del buen uso de las actividades mentales y con una actitud de esfuerzo sostenido y desapego frente a los resultados.

Segundo punto:

  • Parinama. El cambio, relacionado con el paso del tiempo, provoca que situaciones muy similares sean, en el fondo, distintas y nos induce a actuar sin revisar nuestros actos y adecuarlos a la nueva situación, llevados por hábitos y comportamientos ligados a la memoria.

    El Yoga de Patañjali pretende apercibirse de este cambio, actuar con justicia a cada momento y, con la ayuda de un profesor competente, aprovechar en beneficio del alumno este proceso constante de cambio en nosotros. El profesor ayuda al alumno a cambiar a mejor, a percibir la realidad de cada momento.

  • Guna. Los tres estados de la realidad sujeta a modificación (pesadez-apresuramiento-claridad). En el origen de todo cambio está su equilibrio siempre cambiante y la preponderancia de un estado sobre los otros dos. Así pues, la comprensión y adecuación al cambio, no siempre visible a simple vista, es la base del acto adecuado y del bienestar.

Tercer punto:

  • Samyama. La tarea de concentración de la mente sobre un mismo objeto, de manera repetida y fiel, se conoce con Samyama. El profesor puede ser de gran ayuda al alumno a la hora de escoger ese objeto. Esta práctica repetida largo tiempo, lleva a la comprensión del objeto y a la adquisición de una progresiva estabilidad mental. Asimismo se adquieren capacidades relacionadas con dicho objeto. Los Yoga Sūtra insisten en la conveniencia de ejercer el desapego ante todas estas posibilidades, ya que el fin último es la libertad.
  • Viniyoga. Noción que expresa que cada persona, al iniciarse en el Yoga, parte del punto en que se encuentra. Sus características, demanda personal y manera de pensar y actuar deben ser tenidas en cuenta por su profesor.

Así pues, cada persona, siendo idéntica en funcionamiento a las demás, es un ser diferenciado. El profesor debe comprender a su alumno en toda su realidad personal y social, verle tal como es, proponerle los ejercicios adecuados a cada momento y ayudarle a comprender la necesidad de no ligarse a los resultados obtenidos.

Cuarto punto:

  • Yama-Niyama-Ásana-Pranayima-Pratyahara-Dharana-Dhyana-Samadhi. Son los ocho componentes del Yoga que propone Patañjali.

    • Yama: relación con nosotros mismos.
    • Niyama: Relación con el mundo exterior.
    • Asana: Práctica de ejercicios físicos.
    • Pranayama: Práctica de ejercicios respiratorios.
    • Pratyahara: Dominio de los sentidos.
    • Dharana: Capacidad de dirigir la mente.
    • Dhyana: Capacidad de interaccionar con lo que intentamos comprender.
    • Samadhi: Total integración con el objeto de nuestra comprensión.

    Estos ocho miembros crecen armónica y simultáneamente en el practicante de Yoga. Es una visión global del ser humano, capaz de relacionarse consigo mismo y con los demás sin conflicto, de comprender lo que le rodea y actuar correctamente y, ante todo, de basar sus cambios en la observación de algo tan basto como es el cuerpo en ejercicio y la respiración.

    La reducción de impurezas físicas y mentales es el origen de toda mejora personal.

  • Klesha: Los obstáculos que impiden esta claridad de percepción. Son la comprensión defectuosa (Avidya), la confusión (Asmita), el exceso de apego (Raga), las aversiones irracionales (Dvesha) y el sentimiento de inseguridad (Abhinivesha).

Así pues, el Yoga se plantea como un ejercicio continuado de atención, en práctica física y respiratoria y en la vida diaria, para vencer los obstáculos a la clara percepción y desarrollar todas las potencialidades del ser humano.

Quinto punto:

  • Íshvara: Dios como Maestro último. En la tradición que transmite T.K.V. Desikachar (procedente de su padre Sri Krishnamacharya) es muy importante, aunque se destaca siempre que el Yoga no es una religión ni es necesario ser creyente para avanzar en su práctica.
  • Shradda-Virya-Smrti: Son las tres cualidades fundamentales del practicante de Yoga. Respectivamente la fe, la fuerza y la memoria.

Así pues, se nos presenta la posibilidad de un doble trabajo. El esfuerzo sostenido y consciente ante los cambios, por una parte, y el abandono y la confianza en algo o alguien que está por encima de nosotros, por otra.

Los Yoga Sūtra en Occidente. Su uso como material de trabajo

Occidente tiene una idea muy vaga de lo que es el Yoga. Religión, ejercicio físico y esoterismo se confunden. Respecto a la práctica de ejercicios de Yoga, hay un retraso relativamente considerable en la enseñanza clásica de los fundamentos del Yoga y de su obra capital: los Yoga Sūtra de Patañjali.

En las lenguas de Occidente han aparecido diversas versiones de los Yoga Sūtra y de sus comentarios clásicos (sobre todo en inglés).

Actualmente, algunos practicantes de Yoga ya empiezan a considerar la necesidad de sustentar su práctica sobre una doble base: la experiencia física de las Ásanas (posturas físicas del yoga) y del Pranayama (técnicas de respiración), y el estudio teórico de la base filosófica del Yoga. En este punto, un profesor competente puede ayudar a aplicar el contenido de los Yoga Sūtra a aspectos de la vida diaria, tanto interior como de relación.

El Yoga no puede quedar desprovisto de ninguno de sus aspectos, desde los más bastos a los más sutiles, desde el mundo de la relación al de la introspección.

Claude Maréchal, discípulo de T.K.V. Desikachar y gran difusor de los Yoga Sūtra en Europa aconseja en uno de sus escritos "no consumir este libro". Cito textualmente:

"Os aconsejo leer atentamente cada introducción, reflexionad un instante para comprender bien lo que esta introducción indica respecto a la enseñanza dada anteriormente y a la que presenta a continuación.

Después, leed atentamente el párrafo siguiente: el mensaje transmitido es el propio aforismo, el corazón de la enseñanza.

Meditad un instante sobre cada palabra y sobre cada significado. Terminad el estudio del aforismo con la lectura del comentario.

Escuchad vuestras reflexiones personales y formulad las preguntas que os vienen a la mente.

Evitad 'consumir' este libro. Es preferible leer solo uno o dos aforismos cada vez; pero leed de nuevo lo que precede antes de pasar a la etapa siguiente. Una práctica interesante consiste en realizar la lectura y el tiempo de reflexión después de la práctica de Ásana y Pranayama."

Por la calidad intelectual de su autor es, también, material de trabajo para quien desee conocer los Yoga Sūtra en una versión fiel al original y de calidad. A todos ellos se dirige esta introducción y esta obra.

—Claude Maréchal y Joan A. Enreig

Samādhipāda

Los aforismos de Patañjali se presentan en cuatro capítulos. El primero se llama samādhipāda (el capítulo sobre samādhi). Este capítulo define al Yoga y a sus características, y discute los problemas que se encuentran en la búsqueda del estado de yoga y las formas en que se pueden manejar estos problemas.

1.1

El primer sutra presenta el tema estudiado, tal y como exige la tradición oral. Según las convenciones de la literatura sánscrita antigua, la primera palabra, atha, aporta la connotación de plegaria tanto para un principio favorable como para una culminación exitosa del trabajo subsiguiente.

Aquí comienza la enseñanza del Yoga.

Patañjali señala el origen antiquísimo del tema tratado. Él no es su creador pero lo ha estudiado hasta un nivel suficientemente profundo bajo la tutela de su propio maestro; ahora es competente para compartir su comprensión con sus discípulos. Su sistema de transmisión será tal que ellos podrán, a su vez, transmitir directamente esta enseñanza a sus propios discípulos por los métodos orales tradicionales.

1.2

¿Qué es el Yoga? Esta palabra comporta múltiples interpretaciones y connotaciones. Patañjali explica su comprensión de la palabra.

El estado de yoga se alcanza a través de la cesación de las fuctuaciones mentales.

El objeto puede ser concreto, externo a nosotros o bien parte de nosotros. Puede ser un campo de interés, un concepto o algo que sobrepase el nivel de los sentidos, como Dios, por ejemplo.

1.3

Entonces el que ve queda establecido en su Naturaleza Original.

En un estado de Yoga las ideas preconcebidas y los productos de la imaginación, que pueden impedir o deformar la comprensión, son dominados, reducidos o eliminados. Se superan la tendencia a cerrarse a una comprensión abierta o la incapacidad de comprender.

1.4

En ausencia del estado mental llamado Yoga,

La aptitud para comprender el objeto se ve simplemente reemplazada por la concepción que la mente tiene de dicho objeto o bien por una falta total de comprensión.

Una mente agitada raramente puede seguir una dirección. Si, a pesar de todo, lo consigue, la comprensión del objeto dado es errónea.

1.5

¿Qué es la mente? Patañjali la define como el conjunto de actividades que la ocupan. No puede ser percibida al margen de estas actividades

Las actividades de la mente son cinco. Cada una de ellas puede ser beneficiosa y puede causar problemas.

No es posible ver si estas actividades son beneficiosas o fuente de problemas. Sólo el paso del tiempo confirmará sus efectos.

1.6

Las cinco actividades son: la comprensión, la comprensión defectuosa, la imaginación, el sueño profundo y la memoria.

Cada una de estas actividades posee sus propias características. Aunque no sean siempre evidentes y manifiestas, pueden ser individualmente reconocibles. El predominio y efectos de cada una de ellas sobre nuestro comportamiento y actitudes se combinan para constituir nuestras personalidades .

1.7

Se define cada una de las actividades.

La comprensión se basa en la observación directa del objeto, la inferencia y la referencia a autoridades dignas de confianza.

La mente puede reconocer un objeto directamente por los sentidos. Cuando la información disponible es incompleta o inadecuada para la percepción sensorial, otras facultades como la lógica y la memoria pueden permitir, por inferencia, una comprensión más completa de dicho objeto. Cuando no es posible ninguna comprensión directa, la referencia a autoridades dignas de confianza (como un escrito o una persona en quien se confía) puede permitir, indirectamente, la comprensión. De este modo comprendemos lugares, personas o conceptos que están fuera de nuestra experiencia directa. La comprensión que existe en un estado de Yoga es distinta de la que puede existir en otros momentos, ya que la primera está más cerca de la verdadera naturaleza del objeto.

1.8

La comprensión defectuosa es la comprensión que se toma por correcta hasta que condiciones más favorables revelan la naturaleza real del objeto.

La comprensión defectuosa pasa por ser la actividad mental más frecuente. Puede nacer de la observación defectuosa o de la mala interpretación de lo que se ve. Esto se debe a nuestra incapacidad para comprender en profundidad lo que vemos, a menudo, a causa de nuestras experiencias pasadas o de condicionamientos. El error se puede reconocer más tarde o nunca. El objetivo de la práctica de Yoga es reconocer y dominar las causas de la comprensión defectuosa (ver capítulo II).

1.9

La imaginación es la comprensión de un objeto, basada sólo en palabras y expresiones, incluso en ausencia del objeto.

Es lo que ocurre en ausencia de toda percepción directa. Tomar como referencia significado, connotaciones o implicaciones de palabras descriptivas guía la imaginación hacia la comprensión. Si dichas palabras se usan poética o elocuentemente, la imaginación será todavía más viva. Puede también aparecer por otros medios, como los sueños, los sentimientos y las emociones. Las experiencias pasadas, almacenadas en forma de memoria, contribuyen frecuentemente a la emergencia de esta actividad mental.

1.10

Hay sueño profundo cuando Ia mente está inmersa en la pesadez y ninguna otra actividad está presente.

El sueño es una actividad normal y regular de la mente. Hay un tiempo destinado para él. Pero la pesadez puede ser también provocada por el tedio o el agotamiento, que provocan sueño. El sueño es un estado normal para todos los seres vivos.

1.11

La memoria es la retención mental de una experiencia consciente.

Todas las experiencias conscientes dejan una huella en el individuo y se almacenan en forma de memoria. No es posible afirmar si un recuerdo es verdadero o falso, si es incompleto o imaginario.

Todas y cada una de las actividades de la mente confirman su existencia. Son complejas y se interrelacionan de manera que cada una, tal vez excepto el sueño, debería ser considerada como una matriz o tipo de actividad más que como una entidad diferenciada con características propias y definidas. Cada una de ellas puede, en momentos y circunstancias diferentes, ser beneficiosa o dañina. Los efectos pueden ser ya directos o inmediatos, ya indirectos, como consecuencia ulterior de su manifestación.

1.12

¿Cómo se llega al estado del yoga? ¿Qué debemos hacer y qué evitar?

La mente puede alcanzar el estado del Yoga por medio de la práctica y del desapego.

1.13

¿Cuáles son las características esenciales de esta práctica y de este desapego? Aunque no se especifiquen aquí las técnicas correspondientes, los dos sutras siguientes señalan sus cualidades.

La práctica es, fundamentalmente, el justo esfuerzo necesario para avanzar hacia el estado de Yoga, alcanzarlo y mantenerlo (ver 1.2).

Las prácticas elegidas deben ser correctamente aprendidas junto a un instructor competente y guiadas por él. Este instructor debe comprender el carácter personal y social del alumno. Débil es la esperanza de alcanzar un buen resultado si un alumno dado no obtiene y sigue una práctica apropiada.

1.14

Sólo si la práctica adecuada se mantiene largo tiempo, sin interrupciones, con las cualidades de celo y actitud positiva, puede ésta triunfar.

Siempre existirá una tendencia a comenzar la práctica con entusiasmo y energía, un deseo de rápidos resultados. Pero las persistentes limitaciones de la vida cotidiana y la enorme resistencia de la mente nos incitan a ceder a las debilidades humanas. Estas son tendencias comprensibles, todos las compartimos. Este sutra insiste en la necesidad de abordar la práctica con sobriedad, en actitud positiva, con autodisciplina y visión a largo plazo de un éxito final.

1.15

A medida que desarrollamos correctamente nuestra práctica, constatamos el crecimiento de nuestra capacidad de disciplinarnos y de rechazar influencias parásitas. Finalmente, podemos llegar al estado de desapego cuando,

En el más aIto grado hay ausencia total aspiración a contentar los sentidos o a vivir experiencias extraordinarias.

La práctica y, el desapego aportan múltiples beneficios, como el incremento de la fuerza física y la destreza, de la vigilancia y la sensibilidad. En este punto corremos el peligro de caer en la tentación de usar nuestros nuevos dones para probar la superioridad de nuestro estado. Pero estas nuevas aptitudes son beneficios secundarios y tentaciones dispersoras.

Si les concedemos excesiva importancia, acecha el peligro de perder de vista la vía hacia el Yoga.

1.16

Además,

Quien ha alcanzado la plena comprensión de su verdadero ser ya no se verá perturbado por influencias que le distraigan, tanto en su interior como a su alrededor.

El desapego se desarrolla a la par que la comprensión de sí. Los inevitables deseos de diversión no pueden ser suprimidos ya que, si lo fuesen, reaparecerían más tarde.

1.17

Entonces el objeto es gradualmente comprendido de manera plena. Esta comprensión es, aI principio, mas o menos superficial pero, con el tiempo, se hace mas profunda. Llega un día en que es total. Nace una alegría pura como consecuencia de una tal profundidad de comprensión ya que entonces el individuo está tan unido aI objeto que pierde conciencia de lo que le rodea.

Tal nivel de percepción de la naturaleza del objeto es sólo posible en el estado de yoga. Con frecuencia entendemos los elementos más superficiales y mas evidentes de dicho objeto. Pero una comprensión es incompleta hasta que hemos alcanzado la percepción en el nivel más profundo, sin ningún error.

1.18

Cuando la mente se eleva al estado de Yoga y permanece en él,

Las perturbaciones mentales habituales están ausentes. A pesar de ello, los recuerdos del pasado subsisten.

En estado de Yoga, la percepción es inmediata, no gradual. Los recuerdos se mantienen para ayudarnos a vivir lo cotidiano pero ya no engendran distracción.

1.19

Inevitablemente, puesto que millones de seres comparten el mundo con nosotros,

Habrá algunas personas nacidas en un estado de Yoga. No necesitan ni practicar ni disciplinarse.

Pero tales casos son muy raros. No pueden ser copiados ni deberían ser imitados. Algunos de entre ellos corren el peligro de sucumbir a las influencias mundanas y perder sus cualidades superiores.

1.20

Pero, ¿qué ocurre con los demás, con nosotros? ¿Existe realmente una posibilidad de conseguir este estado de Yoga?

Gracias a la fe, que proporcionará Ia energía suficiente para superar todas las situaciones, se mantendrá la dirección. La consecución del objetivo del yoga exige tiempo.

Este objetivo es la aptitud para dirigir la mente hacia un objeto dado, sin la menor distracción. Con el tiempo se obtiene como resultado una comprensión clara y correcta del objeto escogido. La fe es la convicción inquebrantable de que se puede conseguir este objetivo. No debemos detenernos por la complacencia del éxito ni descorazonarnos en el fracaso. Debemos trabajar dura y firmemente a través de todas las distracciones, independientemente de que nos parezcan buenas o malas.

1.21

Cuanto más intensas sean la fe y el esfuerzo, más cerca está el objetivo.

1.22

¿Tenemos, podemos tener todos la misma posibilidad?

La profundidad de la fe varía inevitablemente de una persona a otra y, en una misma persona, varía con el tiempo. Los resultados reflejaran estas variaciones.

Estas variaciones son inherentes a la condición humana. Son un producto de la cultura y de la capacidad de cada individuo.

1.23

Patañjali reconoce que las tentativas que se hacen para cambiar nuestra mente en dirección hacia el estado de Yoga chocan con obstáculos de fuerza variable. Sin embargo, para quienes poseen una fe innata en Dios o la desarrollan con el paso de los años,

Ofrecer regularmente plegarias a Dios, con sentimiento de sumisión a su poder, permite ciertamente alcanzar el estado de Yoga.

En los siguientes sutras, Patañjali nos da su definición de Dios.

1.24

Dios es el Ser Supremo cuyas acciones nunca se basan jamás en la compresión defectuosa.

1.25

¿Cómo puede ser Dios tan extraordinario?

Él conoce todo lo que se puede conocer.

Su comprensión está más allá de cualquier comparación con el ser humano.

1.26

¿Está sometido Dios, según Patañjali, al tiempo o es intemporal?

Dios es eterno. De hecho, es el último maestro. Él es la fuente de guía para todos los maestros: pasados, presentes y futuros.

1.27

¿Cómo nos debemos referir a Dios? ¿Cómo nos debemos dirigir a él?

La forma más apropiada tiene en cuenta las cualidades de Dios.

En culturas y religiones diferentes, se usan palabras distintas para describir a Dios y a sus cualidades. Es más importante que nos expresemos de Dios con el más grande respeto y sin ningún conflicto. En esto, un maestro puede ser de gran ayuda.

1.28

¿Cómo nos relacionamos con Dios?

Para relacionarnos con Dios, es necesario dirigirnos regularmente a él de la forma apropiada y reflexionar sobre sus cualidades.

Patañjali sugiere la necesidad de una reflexión constante sobre las cualidades de Dios. Esto es más fácil con la recitación repetida de Su nombre, junto con la plegaria y la contemplación. Pero ni la repetición maquinal ni la plegaria mecánica sirven para nada. Estas prácticas deben hacerse con plena conciencia, en una actitud de consideración y profundo respeto.

1.29

Para quienes tienen fe en Dios, estas reflexiones serán inevitablemente beneficiosas.

Llegará un momento en que la persona percibirá su auténtica naturaleza. Ya no se verá perturbada por ninguna de las interrupciones que pueden aparecer a lo largo de su camino hacia el estado de Yoga.

1.30

¿Cuáles son esas posibles interrupciones?

Hay nueve tipos de interrupciones al desarrollo de la claridad mental: la enfermedad, el estancamiento mental, las dudas, la imprevisión, Ia fatiga, el exceso de complacencia, las ilusiones sobre el verdadero estado mental de uno mismo, la falta de perseverancia y la regresión. Son obstáculos porque crean perturbaciones mentales y refuerzan las distracciones.

Cuanto más vulnerables seamos a estas interrupciones, nos será más difícil alcanzar el estado del yoga.

1.31

¿Podemos saber cuándo estas interrupciones producen un efecto y echan raíces?

Todas estas interrupciones producen uno o más de los siguientes síntomas: incomodidad mental, pensamiento negativo, imposibilidad de estar cómodos en las diferentes posturas del cuerpo y dificultad para controlar la propia respiración.

Cada uno de estos síntomas puede tener otras consecuencias. Los ocho sutras siguientes dan algunos consejos para dominar estas interrupciones y sus síntomas. Estas sugerencias son útiles tanto para quienes tienen profunda fe en Dios como para quienes no son creyentes.

1.32

Si se puede escoger y poner en práctica un medio apropiado para estabilizar la mente, las interrupciones no pueden echar raíces, sean cuales sean las provocaciones.

1.33

En la vida diaria vemos a nuestro alrededor a personas que son más felices y otras menos felices que nosotros. Algunas hacen cosas dignas de elogio y otras originan problemas. Sea cual sea nuestra actitud habitual hacia esas personas y sus acciones, nuestra mente estará muy tranquila, si podemos estar contentos con aquellos que son más felices que nosotros, ser compasivos con los infortunados, estar alegres con los que realizan acciones dignas de elogio y si los errores de los demás no nos afligen, nuestras mentes estarán muy tranquilas.

1.34

Cuando descubrimos interrupciones o sus síntomas,

Puede ser útil la práctica de ejercicios respiratorios a base de espiraciones prolongadas.

Sin embargo, la enseñanza y la guía de estas técnicas deben ser las correctas.

1.35

Los sentidos, como por ejemplo la vista y el oído, juegan un papel destacado proporcionando las informaciones a la mente. Son las puertas de la percepción y somos, a menudo, sus esclavos. Pero, ¿no podemos explorar lo que es todavía más poderoso en nosotros que nuestros sentidos? ¿No podemos agudizados y convertirlos en nuestros servidores?

Por medio de la indagación habituaI sobre el papel de los sentidos podemos reducir las distorsiones mentales.

1.36

Uno de los mayores misterios de la vida es la vida misma.

Por medio de Ia indagación sobre lo que es la vida, y sobre lo que nos mantiene vivos, podemos encontrar algún alivio a nuestras distracciones mentales.

Tener en cuenta cosas más grandes que nuestro yo individual nos permite situarnos en perspectiva.

1.37

Cuando nos enfrentamos a problemas, el consejo de alguien que haya dominado problemas similares puede ser de gran ayuda.

Estos consejos pueden venir directamente de una persona viva o del estudio de una persona viva o ya fallecida.

1.38

Pensar que sabemos mucho puede volvernos arrogantes en nuestro conocimiento. Las consecuencias pueden ser perturbadoras. De hecho, incluso las cosas más comunes y cotidianas no nos parecen siempre claras.

La exploración de nuestros sueños, de nuestro sueño y de las experiencias vividas en estos estados o en relación con ellos nos puede ayudar a clarificar algunos de nuestros problemas.

Nos sentimos muy descansados después de dormir toda la noche, pero ¡qué perturbadora puede ser una pesadilla!

1.39

Toda indagación digna de interés puede calmar la mente.

A veces los objetos de exploración más simples (como el primer llanto de un niño) pueden, aliviar las perturbaciones mentales. Otras veces: estudios más complejos (como una hipótesis matemática) ayudarán. Sin embargo, tales indagaciones no deben reemplazar el objetivo final, que sigue siendo cambiar gradualmente nuestro estado mental: desde la distracción hacia la atención.

1.40

¿Qué consecuencias conlleva el desarrollo de este estado de Yoga?

Cuando este estado ha sido alcanzado, no hay nada que sobrepase la capacidad de comprensión. La mente puede mantenerse y ayudar a comprender lo simple y lo complejo, lo infinito y lo infinitesimal, lo perceptible y lo imperceptible.

En los sutras siguientes se explica el proceso de esta comprensión.

1.41

Cuando la mente está libre de distracción, todos los procesos mentales pueden estar implicados en el objeto de indagación. Al permanecer en este estado, gradualmente se llega a estar totalmente absorto en el objeto. Entonces la mente refleja, como un diamante sin defecto, los trazos de dicho objeto y nada más.

Al principio, todas las actividades mentales, salvo el sueño, están implicadas en la comprensión de un objeto. Pero, gradualmente, sólo se mantienen las que son necesarias para una comprensión correcta y sin error.

1.42

A pesar de todo, esto no se produce espontáneamente; es gradual.

Al principio, a causa de nuestras experiencias e ideas pasadas, nuestra comprensión del objeto está deformada. Todo lo que ha sido oído, leído y sentido puede interferir en nuestra percepción.

Algunas de estas influencias pueden no ser válidas. Otras, en un momento dado, pasan a ser superfluas.

1.43

Cuando se sostiene la dirección de la mente hacia el objeto; las ideas y recuerdos del pasado pierden terreno gradualmente. La mente llega a ser transparente como un cristal y es una sola cosa con el objeto. En este momento no hay sentimiento de uno mismo. Es la percepción pura.

1.44

Pero no es éste un fenómeno de alcance limitado,

Este proceso es posible con cualquier tipo de objeto; a todo nivel de percepción: superficial y general o profundo y específico.

1.45

La mente no puede comprender la fuente misma de la percepción que hay en nosotros. Por lo demás, sus objetos de comprensión son ilimitados.

1.46

¿Puede alcanzar la mente un estado de Yoga unilateralmente?

Todos estos procesos que consisten en dirigir la mente exigen un objeto de indagación.

También precisan de una preparación, una progresión gradual y un interés sostenido. Pues en ausencia de interés aparecerá la distracción; en ausencia de preparación no puede haber soporte y, sin progresión gradual, el organismo humano puede reaccionar y rebelarse.

1.47

¿Cuáles son las consecuencias del desarrollo de la capacidad de dirigir la mente?

Entonces la persona empieza a conocerse verdaderamente.

A medida que la correcta comprensión del objeto comienza a enriquecernos, empezamos a comprender nuestro verdadero ser.

1.48

Entonces lo que esa persona ve y comparte con otros está libre de error.

1.49

Su conocimiento ya no se basa en la memoria o en la inferencia. Es espontaneo, directo y se realiza un nivel y con una intensidad que sobrepasan lo ordinario.

En tales circunstancias, nuestra mente refleja simplemente el objeto estudiado, como un espejo pulido y perfecto.

1.50

A medida que esta cualidad mental de reciente adquisición se va reafirmando gradualmente, domina las otras tendencias mentales basadas en la comprensión defectuosa.

1.51

En definitiva, si esto se produce,

La mente alcanza un estado en el que no hay impresión de ninguna clase. Es abierta, límpida, simplemente transparente.

Tal comprensión no se busca. Llega inevitablemente y nada puede detenerla. Éste es el más alto estado de Yoga, pero no puede ser describir con palabras. Solo quienes lo han alcanzado pueden comprender la naturaleza de este estado.

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