Citas
1
El hipnotismo que producen las realidades construidas por la mente, el anhelo de la unidad del Ser se ha ido dispersando en deseos. Al encontrarme perdido entre ellos, miraré lo que ha sucedido. Observaré con un interés afectuoso esos deseos, sin tratar de eliminarlos; porque quiero descubrir su mensaje, rastrear sus pasos hasta encontrar el impulso de donde surgieron. Es importante ver lo que deseo y desde ahí seguir las huellas de mis pasos hasta llegar a mí mismo.
Veamos simplemente qué es lo que deseo y sabré cuánto me he separado de la conciencia una. Si deseo algo concreto, cuando todo yo estoy concentrado en esa dirección, sé que he descendido por la escala de valores que tienen su origen en el Ser. Es lo que hacemos los seres humanos por inadvertencia.
Lo constato. Y, a partir de ahí, empiezo a dar el giro a mi mente hacia el origen del Ser. La causa del juego de sombras que se proyecta en la superficie de mi conciencia es siempre la luz. —Vivir por inspiración.
2
Cuando me he dado cuenta de que todo lo conocido es fabricación del pensamiento y lo he dejado por irreal, por falso, la visión de la verdad me empuja a recoger todo aquello. Lo verdadero recoge todos sus dibujos, los movimientos que ha expresado, los sonidos de la bella melodía de la vida. Entonces cada nivel físico, afectivo, mental, podrá tener una percepción adecuada y armónica de lo real, vivido en esa dimensión. Nada tendrá que ser sacrificado. Nada tendré que abandonar; y en nada me tendré que violentar para vivir la vida real. Es posible que se cumpla entonces el deseo de hacer lo que quiero hacer, lo que me gusta hacer. Puede coincidir mi ideal con lo que me agrada. Al aceptar lo que aparece en mi vida, el discernimiento de lo que es verdadero y real será espontáneo y acompañará la realización del vivir. —Vivir por inspiración.
3
Si me parece que la vida es mi maestra, porque con la experiencia aprendo cómo actuar la próxima vez, no saldré del sueño. La vida es mi maestra cuando ya he aprendido a descubrir en su reflejo la luz del interior de la conciencia. Es mi maestra porque sus retos marcan los límites que la falta de luz en mi visión ha creado. De ahí deducimos que cada persona posee la vida que necesita y quiere tener. La que quiere de verdad, no la que piensa en su sueño, sino la que necesita para aprender lo que en ese momento ampliará su visión. De alguna manera la vida nos va presentando todo lo que demandamos para acercarnos más a la realidad que somos. El aprendizaje es vivo y único en cada instante, es un despertar a una mayor lucidez que no tiene límites. Al pensamiento se le escapa, no lo puede codificar, pero la inteligencia intuye si lo que se presenta es verdadero. —Vivir por inspiración.
4
Liberarte de ti mismo, de lo que creías ser tú, ahí empieza la verdadera libertad. Todos quieren ser libres de alguien o de algo, y pocos comprenden que la libertad es estar libre de uno mismo. Las necesidades psicológicas nos oprimen, el querer conseguir, el triunfar, el compararnos con otro… Estos desasimientos van fraguando la liberación de la que hablan los textos orientales que entendemos como algo fantástico. Liberarme de lo que creía que importaba, de lo que creía que tenía que hacer, de lo que creía ser, liberarme de mí, eso es ser libre. Y cuando me libero de mí, me encuentro con lo que soy en verdad. —Vivir por inspiración.
5
La conciencia no nace ni muere. El cuerpo sí y también la persona. La conciencia en su movimiento de aprender no está limitada por el nacimiento o la muerte del cuerpo. La Inteligencia siempre encuentra la manera más adecuada de expresarse. Como apareció esta situación que vivimos ahora en el espacio-tiempo, aparecerán otras. Vivamos la vida que la luz proyecta ahora. Lo que vivimos ahora es lo real. La luz que descubra ahora me iluminará siempre. —Vivir por inspiración.
6
El ansia de perfección es auténtica. Viene de la perfección misma, no puede venir de otro lugar. Si anhelo la perfección es porque está en mí y me llama desde lo profundo. La dificultad está en que interpreto personalmente que yo tengo que perfeccionarme. Y en ese punto, en el momento en que creo que hay alguien que tiene que perfeccionarse, estoy poniendo el obstáculo de separación y con ello me alejo de aquello que anhelo. La persona cree que tiene que llegar a la perfección. Y en esa ambición se aferra a lo limitado y lo limitado no es perfecto nunca. Ya que el anhelo de perfección es verdadero, contempla esa perfección que anhelas. Contempla esa armonía, esa serenidad, esa belleza, esa inteligencia total. —Vivir por inspiración.
7
Cuando hablamos de silencio nos referimos al silencio de lo sensorial, de las emociones y del pensamiento. ¿Sólo en ese silencio es posible despertar a lo Real? Sí, solamente. Después de que hayamos despertado y hayamos aprendido a vivir en silencio, podremos vivir lo Real despiertos, lúcidos, incluso con pensamientos y emociones. Esas modificaciones mentales no interrumpen ya lo Real que somos, una vez lo hemos descubierto y nos hemos afianzado en ello. Pero cuando todavía proyectamos como real lo externo, lo sensorial, lo pensado, es preciso que hagamos silencio y que nos adentremos voluntariamente a investigar en nuestra conciencia para tomar contacto con lo que es nuestra verdadera naturaleza, con aquello que está ahí esperándonos: Lo-que-Es, lo verdadero. Es necesario el silencio porque, aunque intuyamos la verdad, luego en la vida no vivimos con ella. El alcance que tiene adentrarse en la conciencia es enorme. —El arte de la contemplación.
8
Crear desde el pensamiento no es posible, ya que el acto creativo tiene su origen en la plenitud del silencio, desde donde se concreta en un punto espacio-temporal. Y el pensamiento sólo puede manipular datos conocidos, situaciones pasadas, lo que resulta un simple mover lo viejo del lugar.
Por eso el silencio es creador, por su capacidad de enraizarnos con lo real originario. Nos alinea con esa corriente creadora que va desde lo que es en sí a las apariencias de ser, las cosas dependientes unas de otras, hasta su disolución en la realidad una.
La creación que lleva a cabo el silencio es revolucionaria, porque arrasa los surcos que la repetición de la memoria marcó en la historia de lo convencional.
El silencio de lo psicológico permite la contemplación que despierta la creatividad dormida en los hábitos existenciales. Y la sabiduría acompaña siempre a la mirada contemplativa. —La revolución del silencio.
9
Beneficia a los instrumentos que haya lucidez, pero cuando el anhelo de lucidez es verdadero tiene su origen en la luz.
Igual sucede con el anhelo de amor. Ya no se sabe ni lo que el amor es, condicionado como está a lo falso; pero, cuando el amor es verdadero tiene su origen en la presencia de Dios y cuando la armonía es verdadera, cuando la belleza es verdadera, igual.
A los valores se les viste para que el pensamiento pueda trabajar con ellos, y las personas se quedan con el vestido, con la palabra, con el concepto y no con aquello que tiene su origen en otro lugar. Contemplar es ir allí, de donde vienen esas palabras de donde viene el anhelo de lucidez, de belleza, de verdad, ir allí directamente, prescindiendo de la palabra, del uso que se hace de ella en la época. —De la oración a la contemplación.
10
Cuando no tengo ya ninguna imagen, ni positiva ni negativa, vivo lo nuevo, lo que es, lo que soy y eso en nuestra tradición se ha llamado vivir en la Presencia de Dios. Que es mi presencia, mi verdadera presencia y por eso he recobrado mi dignidad, la dignidad que he perdido creyéndome que alejándome de Dios iba a ser independiente y libre como aquel hijo pródigo del Evangelio. Volver a recobrar mi dignidad de verdad. No soñar que soy libre, sino serlo; no imaginarme que ya soy feliz porque tengo esto lo otro, porque el trasfondo de insatisfacción lo viviré en cualquier instante en que me quede quieto. Por muchas evasiones que añada, el ser humano estará descontento y, por mucho que se engañe, no se sentirá feliz con lo que le viene de fuera. —De la oración a la contemplación.
11
Mi pequeña voluntad es la voluntad de un «yo» que se ha formado del exterior, con moldes externos e ideas limitadas, mientras la voluntad que está moviendo eso es una Voluntad infinita. Aquello que empuja desde el fondo es una Inteligencia profunda, totalizadora, que armoniza y adecúa todo. Cuando trato de ver lo que soy, si lo quiero ser de verdad, me separo de ese yo limitado, esa pequeña voluntad provisional y me voy abriendo a la Voluntad infinita, que está impulsando desde el fondo mi limitada acción. Y esa apertura al infinito, esa apertura desde dentro hacia la consciencia total, ese aceptar la Voluntad de Dios, es la actitud que me libera. Porque cuando me abro a Aquello no me estoy abriendo a algo extraño a mí, estoy redescubriendo mi propio ser. —De la oración a la contemplación.
12
Nuestra mente está dispersa. No sabemos lo que queremos. Hay una serie de deseos contradictorios. La división crea los objetos delante de nosotros, que son percibidos a través de los sentidos y de las categorías mentales. Doy realidad a esos objetos de conciencia: todo lo que puedo percibir. Y clasifico, divido, creo realidades con la mente al objetivar la conciencia. Pero la mente no sólo puede hacer eso. Cuando sólo se limita a salir fuera, proyectando en la conciencia todo el mundo clasificado en realidades separadas, el ser humano se siente muy insatisfecho. La mente podría reintegrar esta dispersión volviendo a su origen y ver de qué están hechas todas mis percepciones, sentimientos, lo que estoy proyectando como realidades con distintos matices. Esta vuelta al origen es el camino que han recorrido los sabios de todas las tradiciones religiosas. —De la oración a la contemplación.
13
Sin darte cuenta, los pensamientos de los demás, las emociones… todo eso te va llevando, y quieres mejorarlo todo. Te esfuerzas y acabas con estrés incluso y, sin embargo, las cosas son lo que son, y no las cambias. No se pueden cambiar. Puedes cambiar la colocación en la consciencia, porque todo es consciencia. Las cosas no las puedes cambiar, porque no existen. Las experiencias no existen. Las situaciones, el mundo, no existe de verdad; no es real, es consciencia, está hecho de consciencia. Cuando cambias la consciencia, todo cambia, porque es lo único que es verdad, que es real. El miedo a lo abstracto, a lo metafísico, hace difícil que esto se pueda ver, porque tiene uno que haber descubierto que la verdad está ahí, y que luego se expresa en todo. Nos da miedo salir de lo físico, porque nos han dicho que era lo real, lo que se toca y palpa. Pero en un momento dado desaparece, y está cambiando sin parar. Todo, todo está en movimiento. —Qué es la felicidad.
14
Si anhelo fuertemente los valores primordiales, me pongo a contemplarlos. Si todavía no tienen mucha fuerza, quizá sea porque hay capas en medio que los hacen irreconocibles. Entonces tengo que mirar bien, tengo que reconocerlos donde quiera que estén. Por ejemplo, si tengo un deseo fuerte de viajar, puede que sea un deseo de libertad. Cuando lo vea debo preguntarme: ¿qué libertad busco? La contemplaré una y otra vez y me daré cuenta de que esa libertad está en mí y que la estoy proyectando en formas. Entonces veré que no quiero ser libre, sino que soy libertad.
15
No es posible comprender cuando estás entretenido con tus pensamientos y sus emociones: "¿Por qué me pasa esto a mí?" "¿Qué haré en tal situación?" "Tengo que conseguir esto" "Tengo que convencer a esta persona para que haga esto otro"... De esa manera, con todas esas preocupaciones e inquietudes, no es posible comprender. Y si no comprendes no amas. Por tanto, no es posible el amor.
16
He visto que todos los problemas que aparecen fuera, en mi vida, se ocasionan por los nudos psicológicos que llevo dentro; que si no deshago los nudos, no va a desaparecer el problema.
17
¿Qué hago queriendo cambiar la situación, a las personas, a mí misma?
18
¿Cómo me entretengo con el sueño cuando ya he visto que es sólo un sueño? ¿Cómo es que no me dedico únicamente a estar más despierta? Es fuerte la hipnosis. He debido tomar una droga muy fuerte. Y la única salida de ello es contemplar y contemplar y contemplar. Y en este camino, la paciencia tiene que ser infinita.
19
No hay inteligencia cuando tomo en cuenta los pensamientos, cualesquiera que sean. En el pensar no está la Unidad.
20
Los deseos, cuando vienen del pensamiento, no hacen más que ofuscarnos más y más.
21
También cuando deseo se está manifestando la voluntad divina.
22
¿En qué consiste exactamente eso del deseo? Algo me falta y tengo que conseguirlo por encima de todo. Quizás eso que me falta no es lo que creo que me falta. Lo que me falta es ser lo que soy, saber lo que soy, que es pleno.
23
Cuando voy detrás de mis deseos (lo que creo que deseo) estoy añadiendo cosas ilusorias a un paisaje ilusorio. Si anhelo la plenitud, ¿no será que ya soy eso que anhelo? ¿No será que me he alejado de mi verdadero ser, de mi plenitud?
24
Los deseos pueden ser una pista de qué aspectos de mi verdadero ser está clamando ser reconocido. Si es el amor, la mayoría de mis deseos serán de tipo afectivo. ¿Por qué no me quedo quieta (en vez de salir a buscar) y contemplo ese amor que está empujando? Lo tangible es lo más irreal: aparece y desaparece. Cuando contemplo el Amor soy el Amor.
25
Observa el deseo y quita el veneno del deseo, la compulsión, lo que te arrastra, la dependencia.
26
Nada deshace la ilusión excepto darme cuenta de ello.
27
Cuando la vida es mi única maestra ya no me dejo llevar por normas del pasado. Y las normas siempre son pasadas porque el presente se inventa a cada instante.
No hay por eso pautas de conducta mejores que otras, ni más morales. Ninguna es buena porque todas me sacan de mí mismo. Encontraré la vía directa hacia allí, contemplando la verdad que la vida me muestre. Y, al contemplarla, lo que considero mi vida irá cambiando inteligente y creativamente.
Viviendo despierto me doy cuenta del proceso de mi mente al pensar, al hablar, al actuar. Veo así lo que estoy pidiendo a la vida que me enseñe. La vida es creación constante, nueva, limpia de la memoria del pasado, recién nacida en cada respiración.
Por eso, hacer las cosas como siempre se han hecho, como estoy acostumbrado, es ir cavando una tumba para enterrar mis anhelos de creatividad y de plenitud. Permitiré, por una mirada clara, que todo aparezca y desaparezca en la temporalidad, confiado en la vida incontenible e inesperada. —Vivir por inspiración.
28
El llamado «dominio de sí mismo» es una colocación equilibrada de la mente que no deja a la persona caer en los hábitos adquiridos, o las experiencias placenteras del pasado, sino que se mantiene en quietud, percibiendo la verdad o falsedad de la situación.
El camino consiste en ir eliminando los obstáculos, que no son sino errores de visión a causa de los cuales se toma lo imaginario por real, lo relativo por absoluto. Comprobamos, por tanto que, en todas las características mentales necesarias en el camino hacia la verdad, se encuentra la presencia de la sabiduría. Sin ella todo intento de perfección humana es forzado e ilusorio, como si se tratara de una representación teatral.
Además los esfuerzos de voluntad nunca desembocan en sabiduría, sino que por ellos mismos sólo fortalecen la identificación con un yo imaginado. La fuerza de la verdad habita en la mente pura, y sólo ésta mantiene el equilibrio necesario para contemplar la verdad. —Sankara. La visión advaita de la realidad.
29
Por el pensamiento separamos las formas y las clasificamos, las colocamos en distintos lugares y lo mismo hacemos con las personas, que no son sino formas desde el momento en que las percibimos como algo separado.
Una persona aislada, no es sino una forma de Aquello que es sin forma, de lo ilimitado. Lo que verdaderamente soy es lo sin apariencia. El que surja una forma es accidental. Sólo se manifiesta, no es.
El que una flor tenga forma es accidental, el que las montañas la tengan, mi cuerpo la tenga, que todo posea forma, es un accidente, no es esencial. Es algo que aparece y desaparece en la temporalidad.
Y así como el aparecer puede crear un sinfín de ilusiones, porque lo confundimos con lo real, el desaparecer puede crear libertad. —Vivir por inspiración.
30
Podemos ser libres para amar, pero la libertad se conquista en nuestro interior. En libertad sentiremos esa serena indiferencia por los acontecimientos de la existencia que nos permitirá vivir amando. Podemos hallar la paz que está más allá de las relaciones entre personas y más allá de lo sucedido en la temporalidad.
El amor siempre está ahí, y sobre ese trasfondo de paz y belleza en el que habita, construimos realidades imaginarias con el pensamiento.
Si se pierden esas irrealidades por la visión verdadera, quedará sólo la expansión del amor. Por eso se trata de una gracia, de un don innato, siempre nuevo y siempre inesperado. Algo que no es posible atrapar, ni esconder, algo que escapa a toda astucia y prudencia para retenerlo. Porque no pueden coexistir el pensamiento inventado y la realidad del amor. —La Libertad y el Amor.
31
Nacer no es un principio ni morir un final. Son pasos en un proceso temporal. La conciencia no nace ni muere. Algo aparece con unas características y luego desaparece con esas particularidades.
Pero el movimiento de la conciencia continúa y es un aprender incesante. Aunque no veamos una expresión determinada de la conciencia, eso no quiere decir que sea el fin. Son ciclos en el movimiento de la vida consciente. Nos dormimos por la noche y dejamos todo como si muriéramos.Y a la mañana siguiente lo recogemos y seguimos aprendiendo. Podríamos decir al terminar el día, que vamos a dormir y que aún no hemos aprendido suficiente.
Pero eso no nos angustia, confiamos en despertar por la mañana. Lo importante es que nos demos cuenta de que el morir solo es el fin de unas apariencias determinadas. Si despertamos, estaremos despiertos cualesquiera que sean las situaciones por las que pasemos. Y si ahora estamos dormidos, dormidos seguiremos al morir. —Vivir por Inspiración.
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